domingo, 25 de marzo de 2012

Aquellos maravillosos años.

Algunos componentes quedamos retratados en Burgos delante de aquel viejo autobus de Viajes Rascado. En la ventanilla Luis Collazo, de izquierda a derecha, Mulloni, Churruca, Castrogolán, Fernando, Miguel Novegil, Manel y Valero (servidor). En el medio, Paco Soto y Fernando Trigo, que fue como un padre para mi. Agachados, El de Seixo, Isidoro junto a Correa, Maquique y el pequeño de los Vázquez.

Aunque algo movida, la foto del equipo inicial que jugó en Burgos,
Fernando, Mulloni, Castrogolán, Isidoro, Correa, Collazo y Trigo.
Agachados, Churruca, Salvador, Tin, Salvador II y Maquique.
En la temporada 1975/76 un grupo de chavales que jugaban en el Atlético Pontevedrés después de quedar campeones en su liga provincial y jugar la final en el Campeonato Gallego hacían historia clasificándose para el Campeonato de España. Los Seso, Paulino, Miguel Novegil, Carlos, Súarez, Jose López, Salvador, Domato, Muñíz, Churruca, Carlos Suárez, Salvador Barros (el de Arcade), García-Barrio, Tin, Isidoro, Arceu, José Antonio y García Barrio, entrenados por Serafin Neira y Moncho Saboridoy acompañados siempre como Delegado por Fernando Trigo hacían historia en aquellos partidos por el norte de España clasificando al equipo para jugar la temporada siguiente en la recien estrenada Liga Nacional de Juveniles. En un principio la directiva granate inscribió a sus dos equipos de juveniles, el Atlético Pontevedrés y el Pontevedra, pero ya avanzado el verano y cuando ya estaban los calendarios hechos, no se porqué extraña razón, se dicidió desde la casa granate que al final sólo  jugara uno, el Pontevedra. Recuerdo como los que eramos jugadores de primer año y estábamos en el Pontevedrés nos presentámos en las oficinas de Benito Corbal para que nos dieran la "baja" y poder jugar en otros equipos ya que nos íbamos a pasar un año en blanco al no estar inscritos en ninguna competición. No nos hicieron ni caso y Carlos Saborido, que era el Secretario del Club, nos "invitó" a que nos fueramos sin darnos ninguna explicación con el consiguiente cabreo de su hermano Moncho, que era nuestro entrenador.

Delante de la Catedral. Los cuatro de arriba, Manel, "Nené" Sanmartín, que era de la chavalada de la Rúa Nova, Mulloni y Vázquez II. En la fila del medio, Correa, Garrido, Fernando Trigo, con bufanda, Valero (servidor) y Maquique, siempre de bromas. Los dos agachados, Fernando e Isidoro.

Pasábamos las semanas entrenando y todos los domingos jugando partidos de entrenamiento los chavales del Pontevedrés hasta que por desgracia para el chico de Marín, Berto, junto con Luis Collazo, que eran los porteros del equipo de la Liga Nacional, tuvo un problema de salud y tenía que estar unos meses apartado del fútbol. Recuerdo que recibí una llamada en casa, un viernes por la tarde, y que tenía que presentarme al día siguiente sábado,a las 11 de la mañana en el "Campo de la Fería" (Plaza de Barcelos) como convocado para ir a jugar a Burgos.

En uno de los desplazamientos jugando en el parque "como niños"
Churruca, Fernando Trigo, Maquique, Manel, Sancho, Vázquez II,
Sanmartín, Salvador, Soto, Garrido (con boina) y Mulloni.
 
Alli me presenté yo con la ilusión de un juvenil de primer año, con 15 años recién cumplidos y mi bolsa naranja de la SD. Teucro (vendían esas bolsas como campaña de ayuda al club de la ciudad), mi radiocassette portatil de cuatro teclas con una cinta de Cat Stevens, de la que Salvador, el de Arcade, se apropió y nunca más devolvió y aquél libro con cientos de páginas y letra pequeña del Círculo de Lectores "Papillón" para el viaje, y que jamás leí, más que nada por que no se dijera que no había futbolistas incultos. Allí tomó rumbo aquel viejo autobús de Viajes Rascado, que tenía las oficinas en General Mola (hoy Gutiérrez Mellado) hacía tierras castellanas haciendo su primera parada en Orense para comer después de un ilusionante viaje de más de dos horas para comer en la ciudad de la Burgas. Consomé o sopa, huevos a la cubana y postre fue el menú de "deportistas" que se decía. Finalizado nos fuimos directos hacía Burgos. Después de muchas horas de viaje donde cantamos, jugamos a las cartas y dormimos llegamos al hotel donde ibamos a pasar la noche y que estaba en las afueras de la ciudad. La cena, un plato de sopa de marisco, de sobre claro, porque aquello era intragable y de segundo, un filete que estaba más duro que la suela de un zapato y patatas, algunos, los más veteranos les tuvieron que hacer unos huevos fritos y los demás tragar con lo que había sin rechistar. De postre, fruta... y pocha. Menos mal que hicimos acopio de comida por los alrededores y dimos buena cuenta en las habitaciones. Repartidas las habitaciones me tocó de compañero a Luis Collazo, portero, que estaba bastante nervioso porque iba a debutar al día siguiente y no pegó ojo en toda la noche.

Foto de cuando fuimos a León. Arriba, Vázquez II, Berto, Fernando,
Sanmartín y Garrido. Abajo, Correa, Mulloni, Manel, Valero, Isidoro

y Maquique.
El día del partido nos desplazamos hasta aquella inmensa explanada donde había siete campos de fútbol seguidos y nos tocó jugar en el último. Pitado el final del primer tiempo no daba tiempo a llegar a la caseta y nos quedamos el tiempo del descanso en los banquillos del campo atendiendo la "charla" de Tucho de la Torre, nuestro entrenador. ¿El resultado? lo de menos, pero no pintaba bien cuando con 0-0 nos pitaron un penalty a favor que tiró Salvador II con tanta fuerza que dió en los hierros interiores que sujetaban la red y salió despedido hacía el campo no dando gol el árbitro, vamos que ni se enteró... Al final perdimos 2-0. Después vendrían El Deportivo, El Celta, El Santander, los campos asturianos contra el Gijón y me debut contra el Oviedo, la Leonesa y otros más que hicieron que toda esa etapa de la Liga Nacional la viviera con mucha ilusión y estén en el archivo de mis gratos recuerdos. Toda una aventura, si señor.

1 comentario:

  1. Todo isto que nos ofreces é moi bonito. Volver a recordar os compañeiros, aos amigos. Parabéns.

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