Lo nuestro cuesta... y mucho.

Es una pena la cantidad de trabas burocráticas que ponen las instituciones públicas de la ciudad donde está depositada parte de nuestra historia gráfica en forma de fotografías. En pleno siglo XXI y en la era tecnológica en la que nos toca vivir uno no llega a comprender como algunos "Archivos" de nuestra Pontevedra no dan un paso para poder ofrecer a través de estas herramientas, como una web, de las que casi todo el mundo disponemos, para poder enseñarnos la historia, nuestar historia. Puedo asegurar que este humilde blog lo ven en muchos, pero que muchos paises y en todos los continentes, entonces a que esperan. De que sirve alardear de que se tienen más de 175.000 negativos de tal o cual fotógrafo, montar una exposición de un mes y una vez acabada ¿qué?. ¡Monten una página, coño! para que podamos disfrutar desde todas las partes del mundo de lo que fué nuestra historia. No saben la cantidad de correos que me llegan dándome las gracias desde el otro lado del charco de hijos o nietos de emigrantes que se marcharon y no tuvieron la oportunidad de volver y que vuelven a revivir la Pontevedra que dejaron atrás sus padres y abuelos ya hace mucho tiempo. Es gratificante ver como "colgando" una foto se puede hacer feliz a tanta gente. Les puedo asegurar que desde que me embarqué en esto, alla por el verano pasado, muchas veces me he sentido como Don Quijote luchando contra los molinos, en este caso molinos burocráticos al ver la cantidad de pegas que se ponen para poder intentar reproducir alguna fotografía. Frustrante es ver como la respuesta a muchas preguntas en forma de ignorancia es alucinante. He preguntado por algún Cine que había en los sesenta Estribela en algún archivo de nuestra ciudad y decirme que donde quedaba eso, o intentar preguntar por alguna foto de algún personaje o establecimientos de toda la vida en Pontevedra y ni saber quien era. Han estado horas y horas enseñandome fotografías y fotografías para decirme al final que no podía llevar ninguna...Y no digamos el tiempo que hay que esperar para intentar "sacar algo" de dichas instituciones, que si no hay personal, que están de vacaciones, que si puentes, que no está el fotógrafo, que si ven por la tarde que no hay gente en el depósito, vamos por la tarde y me dicen ven por la mañana que no hay gente en el depósito... De pena.

Pancho el del Castaño delante del famoso
árbol del restaurante.

Menos mal que siempre quedan algunos a los que suelo dar la lata dia tras día y están ahí para colaborar desinteresadamente, Marga y Enrique, por ejemplo, empleados del Arquivo Municipal del Concello siempre dispuestos a echarme una mano y cediéndome todo lo que en sus manos esté,  o empresas privadas como el Diario de Pontevedra en la persona de su archivero Ramón Rozas siempre ayudándome al instante y sin olvidarme de la familia, los amigos, sobre todo los amigos, Toño Babío, Carlos Fiuza, Pedro Iglesias, Javi Carballeda, mi amigo de la niñez, colaborando mucho y aconsejando siempre, cuando uno está de bajón o Asociaciónes como la de San Roque y Gremio de Mareantes en la persona de su presidente Arellana siempre cediéndome sus bibliotecas para lo que quiera.

Mientras tanto, sin curro, sin un euro ni apoyo económico seguiremos pagando por auténticas joyas como la de abajo, depositada en el Museo de Pontevedra y creo que no publicada en ningún lado (por lo menos yo no la he visto) y perteneciente a la colección de Zagala donde se puede apreciar parte del recién (de aquélla) construido muro de cierre de la Alameda. En frente una zona muy desconocida hoy, donde hace más de cien años estaban las  típicas casas caleadas y en ordenada alineación. Detrás, el castaño que años después daría nombre a uno de los más famosos restaurantes de Pontevedra. Se puede ver también el callejón que aún existe en la actualidad, la Rúa da Palla y que daba paso al restaurante. Abajo, se puede ver también, la Capilla de San Roque sin el añadido posterior de los años cincuenta. Espero que después de esta parrafada no se me cierren más puertas, pero es lo que hay.

Foto: Museo de Pontevedra.

La zona en la actualidad. La Capilla tapada por el edificio de Obras Públicas al fondo.